Hubo un tiempo en que la risa de los niños era
el sonido cotidiano en las calles limeñas, el de los pies corriendo sobre las
veredas o el de la pelota rebotando sobre la pistas.
Hoy en día no se ve niños jugando en las
calles, y si se ven son pocos la mayoría de ellos están detrás de una pantalla
el cual los envuelve en una soledad tecnológica, el consumismo y la nueva
sociedad han envuelto al niño de hoy en un zombie sin creatividad y muchas
veces retraído. Sin embargo hace no muchos años la diversión de los pequeños
era otra.
Uno de los juegos clásicos era el 7 pecados
tan solo necesitabas juntar a tu manchita del barrio y conseguir una pelota, mínimo
debían ser 7 niños y se les designaba un numero del 1 al 7 o algunas veces
colores, luego la pelota era lanzada al aire lo mas alto posible mientras todos corrían alejándose de la misma,
quien lo lanzo dice un numero al azar y a quien se le designo el numero corría
a coger la pelota y gritaba al instante ¡Stop! En ese momento todos deben
quedarse como estatuas y con la pelota en la mano el designado saltaba 3 grandes
pasos en dirección hacia las estatuas, la diversión llegaba cuando el que tenia
la pelota decidía a quien lanzársela al mejor estilo de mata gente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario