Era un juguete tradicional de madera en forma
de pera con una púa de acero en una punta, estaba hecho de una madera dura y
resistente, pintado con llamativas líneas de colores que al girar daban un
hermoso efecto visual.
Cuando se compraba un trompo la púa era muy
filuda casi imposible de sostenerla en la mano mientras giraba esto se le
llamaba “carretón” pero se le bajaba el filo haciendo girar sobre veredas o
sobándolas sobre las rocas.
Este juego no estaba completo sin la popular
huaraca la cual servia para envolver el trompo y por ultimo nos buscamos una
chapa de plástico la perforábamos para pasar la huaraca y hacerle un nudo, la
tapa también podía ser de metal, quizás lo mas difícil al jugar con un trompo
por primera vez es hacerla bailar y el estilo que utilizarías para amarrarlo,
no existe nadie que al primer lanzamiento lo haga bailar.
Una vez aprendido a domar a esta bestia de
madera seguía el duelo contra la manchita del barrio o la del colegio, el cual
era “la cocinita” si perdias tu trompo era quiñado sin compasión, en el mundo
del trompo truco mas popular era la “voladita” el cual consistía de lanzar el
trompo y jalarlo con la huaraca en el aire para que caiga en tu mano y siga
girando, la verdad a mi nunca me salio.
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